Better Evaluación es, sobre todo, una herramienta útil para que los trabajadores juveniles mejoren sus métodos y estrategias de evaluación, con recursos disponibles en varios idiomas. Como plataforma, reúne información y orientación sobre más de 300 métodos y procesos utilizados en la evaluación, siendo una herramienta útil que puede ayudar a estos profesionales a repensar:

– La forma en que evalúan los resultados y la implicación de sus públicos objetivos en sus actividades.

– La forma en que evalúan los resultados y el impacto de estas actividades.

Decidimos destacar 3 métodos que nos parecieron particularmente útiles para trabajar con jóvenes:

1. Evaluación Participativa: Un método de evaluación que coloca a los actores interesados en el centro del proceso de evaluación, brindándoles la oportunidad de adaptar la evaluación a sus necesidades específicas, transformándola en una herramienta para ayudar a los participantes a alcanzar sus objetivos y no para desmotivarlos (como suele ser el caso en contextos de educación formal). Campilan (2000) indica que la evaluación participativa difiere del enfoque convencional en cinco aspectos fundamentales:

– ¿Por qué se realiza la evaluación?

– ¿Cómo se realiza la evaluación?

– ¿Quién hace la evaluación?

– ¿Qué se está evaluando?

– ¿Para quién se realiza la evaluación?

Las ventajas de realizar una evaluación participativa son:

– Identificar preguntas de evaluación relevantes a nivel local.

– Mejorar la precisión y relevancia de los informes.

– Establecer y explicar la causalidad.

– Mejorar el rendimiento del programa.

– Empoderar a los participantes

– Desarrollar capacidades

– Desarrollar líderes y crear equipos.

– Sostener el aprendizaje y el crecimiento organizacional.

2. World cafe: una metodología para promover el diálogo grupal, que enfatiza el poder de una conversación simple para discutir temas y cuestiones relevantes.

Se utiliza la metáfora de un café de la vida real: en una sesión de café mundial, se anima a los participantes, en cualquier número, a participar en una conversación colaborativa en un entorno típicamente modelado como un café (es decir, una sala amueblada con mesas pequeñas, manteles mesa, música ligera, flores, refrescos, etc.). A medida que los participantes rotan entre las mesas a lo largo de una sesión, las conversaciones individuales se complementan entre sí y las ideas y preguntas se “polinizan de forma cruzada”. Al hacerlo, la inteligencia colectiva, el enfoque y las experiencias del grupo influyen en un tema o temas específicos con un sentido colectivo de propósito y dirección.

3. Evaluación de impacto: una metodología para que los trabajadores juveniles evalúen su propio trabajo. Una evaluación de impacto proporciona información sobre los impactos producidos por una intervención.

La intervención puede ser un proyecto pequeño o grande, un conjunto de actividades o una política. Se puede realizar una evaluación de impacto para mejorar o reorientar una intervención (es decir, con fines de capacitación) o para informar decisiones sobre continuar, suspender, replicar o ampliar una intervención (es decir, con fines sumativos).

La evaluación de impacto puede ser apropiada cuando es necesario comprender los impactos que se han producido. Puede que no sea apropiado cuando la prioridad en esta etapa es comprender y mejorar la calidad de la implementación.